lunes, 16 de abril de 2018

Llevo cuatro años ausente. Casi no retorno. Sin embargo, lo he hecho. Pronto habrá más noticias.

martes, 3 de junio de 2014

Sexo Egoísta

En la base del sexo está el egoísmo del gen que quiere perpetuarse o eso nos dijeron a los de mi generación desde las páginas de "El Gen Egoísta" de Richard Dawkins publicada en los setenta del siglo pasado. (Tener recuerdos del siglo pasado a veces resulta frustrante). Y hubo quien se lo creyó a pies juntillas y tildó el acto sexual como una simple impulso ante el que no podemos resistirnos. Se cargaron el romance y las motivaciones emocionales que acompañan al acto más íntimo entre dos personas ( o más de dos, que cada una lo lleva como le apetece). O eso creyeron, que se lo habían cargado. La cosa se resumía en que si quieres follar, folla y a otra cosa. Tampoco voy a criticar a quienes lo hacen así, todas hemos echado una cana al aire (aunque nos tiñamos), pero de ahí a que el sexo sólo sea un intercambio de fluidos de todo tipo y nada más, media un mundo. Los polvos que una pega para desahogarse están muy bien, pero lo que permanece en el recuerdo es lo que haces por amor, por pasión, por entrega. Cuando estás más pendiente del otro y quieres que comparta contigo lo que estás sintiendo. Eso es sublime.
Digan lo que digan, existe una diferencia entre un buen polvo y hacer el amor... O es posible que yo sólo sea una romántica.

domingo, 1 de junio de 2014



Soy escritora con una amplia obra y una sensación de frustración más amplia todavía. Por eso he decidido cambiar mi trayectoria. Escribir lo que me apetece y hacerlo con una nueva identidad: Moira. Las Moiras. Las que regían el destino. Quiero regir el mío. 
Ser autora no es sencillo. Los principios están lleno de motivación y estímulos. Escribes y la gente te lee, te anima a que escribas más. Comienzas a publicar y la sensación de coger tus primeros escritos en las manos es inigualable. Entonces conoces a las otras partes, las que median entre tú y el lector. ¿De dónde ha salido tanta gente? El agente, la editorial, el corrector, la distribuidora, el punto de venta, los críticos... Y te mareas. Yo me mareé. Sentí que si bien es necesario que haya una intermediación entre los autores y lectores, la cantidad de manos por las que pasa tu obra, los intereses económicos (sí, económicos; del arte casi sólo se preocupan el autor, origen, y el lector, destino), y otros factores que no vienen al caso ahora, entorpecen el proceso.
He abandonado la fábrica. Ahora escribo lo que quiero y lo publicaré cómo y cuándo quiera. Es posible que en Amazon, o donde estime oportuno.
Nos vemos.
Nos leemos.
Un placer andar por aquí.