domingo, 1 de junio de 2014



Soy escritora con una amplia obra y una sensación de frustración más amplia todavía. Por eso he decidido cambiar mi trayectoria. Escribir lo que me apetece y hacerlo con una nueva identidad: Moira. Las Moiras. Las que regían el destino. Quiero regir el mío. 
Ser autora no es sencillo. Los principios están lleno de motivación y estímulos. Escribes y la gente te lee, te anima a que escribas más. Comienzas a publicar y la sensación de coger tus primeros escritos en las manos es inigualable. Entonces conoces a las otras partes, las que median entre tú y el lector. ¿De dónde ha salido tanta gente? El agente, la editorial, el corrector, la distribuidora, el punto de venta, los críticos... Y te mareas. Yo me mareé. Sentí que si bien es necesario que haya una intermediación entre los autores y lectores, la cantidad de manos por las que pasa tu obra, los intereses económicos (sí, económicos; del arte casi sólo se preocupan el autor, origen, y el lector, destino), y otros factores que no vienen al caso ahora, entorpecen el proceso.
He abandonado la fábrica. Ahora escribo lo que quiero y lo publicaré cómo y cuándo quiera. Es posible que en Amazon, o donde estime oportuno.
Nos vemos.
Nos leemos.
Un placer andar por aquí.

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